domingo, 13 de marzo de 2016

DIARIO DE APRENDIZAJE I

NUEVOS RUMBOS PARA LA EDUCACIÓN

Escribo este diario de viaje con nocturnidad y alevosía. Tal vez no sean horas de adentrarme en los entresijos del panorama educativo caduco que nos gobierna y que ha unido a esta panda de "incautos" de #AlfaBtiza_INTEF), pero allá van algunas reflexiones aprovechando el silencio y el sueño de los justos.

Desde hace tres años me dedico a dar clases en una escuela de adultos, pero también he estado otros tantos en Secundaria. Si en secundaria nos enfrentamos al fracaso escolar, al absentismo, a la falta de motivación, al aburrimiento generalizado y a la adolescencia explosiva; en las escuelas de adultos (para mí las más olvidadas del sistema educativo) nos topamos con todos aquellos alumnos que en su día fueron excluidos del sistema, por distintas razones, y que ahora buscan una nueva o última oportunidad.


Mis alumnos de Alfabetización y Neolectores, la mayoría mujeres, tuvieron que ponerse a trabajar a los nueve años. Hace tres años apenas sabían leer y escribir. Jamás habían oído hablar de reglas ortográficas, relaciones semánticas, categorías gramaticales y géneros literarios. Pues bien, tres años después ni siquiera ellas se creen lo que han aprendido. ¿Que cómo lo hemos hecho? Jugando y divirtiéndonos,  sin prisas (tres acciones casi imposibles en la ESO). Eso sí, basando nuestro aprendizaje en los cauces tradicionales. Aún así, hemos bailado y cantado, nos hemos reído de nuestras propias ocurrencias y el contagio nos ha llevado a una "especie de locura colectiva" que ya forma parte intrínseca del aula. 



El primer año lo dedicamos a conocer las reglas ortográficas: reglas generales de acentuación, uso de las distintas grafías, sinonimia/antonimia, monosemia/polisemia, familias léxicas, etc. Leímos en voz alta el libro "El tiempo entre costuras" aprovechando el interés mediático que suscitó la serie. A través de su lectura estudiamos el contexto histórico que refleja la novela, un contexto que la mayoría conocía bien porque lo habían vivido muy de cerca. El segundo año repasamos los contenidos del curso anterior y nos adentramos en las categorías gramaticales. Ahora saben qué es un sustantivo, un adjetivo, un verbo conjugado, etc. Leímos en voz alta la novela de Carmen Riera "Por el cielo y más allá", y aprovechamos para hablar de Cuba, Mallorca y los judíos. En el presente curso, durante la primera evaluación repasamos todos los contenidos anteriores y nos iniciamos en los géneros literarios. Ahora estamos en el proceso de creación de textos propios.  Ahora son ellas las que, utilizando todos los elementos de la narración, construyen sus propias historias. Y es absolutamente gratificante y enriquecedor verlas trabajar con tanto afán.

Luchar contra la falta o escasez de memoria, sin embargo, se ha convertido durante estos años en un reto para mí. He tenido que reinventarme y reinventar mis métodos para no caer en la monotonía y en la repetición. Pero ya no me quedan recursos, y los que tengo ya están muy trillados, así que solo me queda un camino: introducir las nuevas tecnologías en el aula. No pretendo que las nuevas tecnologías constituyan un recurso más dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje sino que a través de ellas mis alumnos tomen conciencia de su papel activo en la escuela y sean conscientes de que pueden crear su propia huella digital. 




Mi participación en este curso de Alfabetizaciones Múltiples (grupo A) se la debo, en parte, a una compañera muy puesta en esto de las nuevas tecnologías, que ha participado en todos los cursos habidos y por haber del Intef y que ahora es tutora de uno de ellos. El entusiasmo con el que me hablaba de nuevas fórmulas totalmente desconocidas para mí, picó mi curiosidad. Y aquí estoy, aprendiendo sin parar no solo sobre aplicaciones, páginas web, bancos de imágenes libres, Twietter, blogs... sino también sobre el significado del término "alfabetizaciones múltiples": digital, mediática, ciudadana, emocional... Desde la Era industrial a la Era de la inteligencia pasando por la del conocimiento, hemos observado que pocos son los cambios que se han operado en el ámbito de la escuela. Los docentes somos los únicos que podemos obrar el cambio pero tenemos que estar formados y preparados para ello.

Confieso que empecé el curso con mucho miedo. Hacer una presentación sin conocer ninguna de las aplicaciones utilizadas por los compañeros, fue todo un reto. El manejo de Twitter se convirtió en toda una Odisea. Lo tenía pero jamás lo había utilizado. De padlet ni hablamos. ¿Qué era aquello? Pues ahora lo sé y me encanta. Y, ¿qué hay del blog? El mío está en pañales, tiene una semana de vida y esta es mi primera aportación. Pero aquí estoy, viéndolo todo con ojos de niño, experimentando, aprendiendo de los que saben, siguiendo los consejos de mi tutora Elena Aísa, que tiene más paciencia que un santo, divirtiéndome, explorando nuevas posibilidades para adaptarlas al aula. 

Para terminar,  detallaré los que desde mi punto de vista son los principales problemas con los que nos encontramos la mayoría de los docentes en la sociedad actual:

1. Excesivo peso del currículo. Son demasiados los contenidos que nos vemos obligados a dar a lo largo del curso y muy pocas las horas lectivas para llevarlos a término (por no decir las horas extra que tenemos que dedicar para que esos contenidos tomen forma en el aula). Las programaciones tampoco se ajustan a la realidad plural en la que estamos inmersos: todos los alumnos deben aprender lo mismo sin tener en cuenta sus motivaciones, habilidades, y por descontado, sus capacidades. Los contenidos asimilados por los alumnos se abocan en un examen que determinará si han conseguido los objetivos marcados, es decir, si han sido capaces de memorizar nombres y fechas que a menudo resultan irrelevantes. Si a todo esto añadimos que los contenidos que repetimos incansablemente en clase son los mismos de siempre, estamos además ante una escuela descontextualizada que no se ajusta a la realidad cambiante, y menos todavía a la realidad del s. XXI.

2. Poca preparación de lo docentes en relación a la nuevas tecnologías. Muchos de nosotros nos sentimos muy cómodos con el método tradicional y no nos atrevemos a dar un paso, a formarnos en aspectos de los que ni siquiera hemos oído hablar nunca porque nos ha ido bien así, porque nuestra plaza ya está asegurada o porque simplemente tenemos miedo de atrevernos a hacer cosas distintas y novedosas cuyas posibilidades nos resultan intangibles. Nos abruma tanta información, la sensación de no tenerlo todo bajo control, la velocidad con la que se mueve todo en las redes. Pero debemos ser conscientes de que seguir como hasta ahora nos conduce al inmovilismo, a contribuir a una sociedad donde la educación sigue muchos de los paradigmas del s. XVIII. Sin embargo, la sociedad es cambiante, camina hacia el futuro a pasos agigantados y nosotros debemos evolucionar con ella.

3. La falta de recursos en el aula nos impide acceder a nosotros y a nuestros alumnos a ese nuevo mundo marcado por las nuevas tecnologías. Esto viene también determinado por el aumento de ratios, por la falta de interés de algunos equipos docentes y por el poco o escaso apoyo de algunos compañeros que te dejan hacer pero no se involucran. Si no compartimos la misma visión, las posibilidades de cambio serán igual de lentas como lo han sido hasta ahora. 


Si queremos mejorar o potenciar nuestra práctica educativa...

1. Es necesario que todos los agentes que intervenimos directa o indirectamente en el sistema educativo (padres y madres, alumnos y alumnas, docentes...) demos un paso al frente y cambiemos de dirección. Debemos formarnos, prepararnos para los nuevos tiempos, ir adaptándonos a la sociedad cambiante en la que vivimos. Se trata de llevar a cabo un trabajo colaborativo que elimine una educación caduca. El camino es arduo y recién empieza, pero los pequeños cambios pueden transformar la educación que hoy conocemos.

2. Que la educación deje de ser una cuestión política, que quienes se encargan de lanzar leyes sean agentes activos del mundo educativo: maestros, profesores, directores, inspectores... personas que saben lo que se cuece en el sistema educativo. Solo así la escuela se adaptará a las necesidades educativas de la sociedad del momento donde la diversidad, la motivación, las habilidades, la curiosidad y aprender aprendiendo sean tenidos en cuenta.


Ordenador Portátil, Pantalla, Frente


Adaptarnos a los nuevos tiempos es sin duda una tarea de valientes. Nosotros somos, sin duda, el motor del cambio. Debemos seguir aprendiendo, innovar, acercar la escuela al mundo cambiante en el que vivimos.


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